por Salud y Medicina · 4 septiembre, 2024
No solo eleva las tasas de supervivencia y curación, un hecho esencial. Redundaría también en un menor gasto sanitario, hasta un 40% menos, al tratarse de tumores incipientes.
El cribado del cáncer de pulmón con TC de baja dosis, según los datos de distintos estudios, podría reducir la mortalidad por este cáncer entre un 18% y un 39%. Uno de ellos, europeo y realizado en población de alto riesgo con diez años de seguimiento, señala que las muertes por este tumor disminuyeron en un 24,4% en personas con control TC en comparación con le brazo control, con una reducción del 18,4%.
La razón principal es que el diagnóstico temprano es esencial para un cáncer que constituye la primera causa de mortalidad en el mundo y que normalmente se detecta en fases avanzadas, lo que limita las tasas de supervivencia y las posibilidades de curación para las cerca de 33.000 personas que, solo en España, serán diagnosticadas de cáncer de pulmón al año y de las que menos de un 20% se curan.
Por ello, el cribado de cáncer de pulmón es el procedimiento que permitiría evitar una de cada cuatro muertes por este tumor. “El cribado evidencia un clarísimo aumento de la supervivencia”, según el cirujano torácico Laureano Molins, presidente de la Lung Ambition Alliance (LAA), iniciativa que organizó una jornada sobre detección precoz del cáncer de pulmón: retos y oportunidades, celebrada en el Congreso de los Diputados. En el encuentro se ha puesto de manifiesto la necesidad de implantar sistemas de cribado de esta patología en España -similares a las ya existentes para mama, colon y cérvix-, a través de proyectos como el Cassandra (Cancer Screening Smoking Cessation and Respiratory Assessment).
Que la detección temprana mediante cribado es esencial para mejorar la supervivencia global y las tasas de curación constituye, además una de las recomendaciones, junto con el abandono del tabaco como medida primaria preventiva, de la UE dentro del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer en grupos seleccionados.
Pero, es que, además, detectar en fases tempranas el cáncer de pulmón es más rentable, en términos económicos, para los sistemas de salud. Concretamente, el diagnóstico precoz puede resultar un 40% más barato que un diagnóstico tardío porque son los pacientes con enfermedad inicial, algunos de los cuales saben de la enfermedad por un diagnóstico incidental, los que se curan”, ha indicado Margarita Majem, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
La oncóloga no duda de la necesidad de disponer de programas de detección temprana, que deben aplicarse en los hospitales de forma equitativa, y que permitirán “ofrecer tratamientos curativos. Sin duda, ello impactará positivamente en el gasto sanitario sin olvidar, por supuesto, el impacto en la vida laboral de los afectados y en su calidad de vida”.
Sin embargo, y hasta que el cribado se consolide, Molins recalca que también hay que trabajar en la equidad del acceso a las terapias. “Hasta que no dispongamos de un diagnóstico más precoz, debemos seguir centrándonos en los tratamientos que, actualmente, han duplicado las supervivencias en fases localmente avanzadas”.
¿CUÁNTO ESTAMOS DISPUESTOS A GASTARNOS?
En esta misma línea, el neumólogo Luis Seijo, co-coordinador del proyecto Cassandra y uno de los mayores expertos en cribado de cáncer de pulmón que ha dirigido el proyecto Elcap, ha lanzado una pregunta: ¿cuánto estamos dispuestos a gastarnos en el cribado del cáncer de pulmón?
Su razonamiento en favor del screening pasa por el hecho de que el cribado supone 2.500 euros por año de vida. Pero, en estos momentos, “los recursos económicos destinados a la asistencia de personas con tumores en estadios avanzados, que son esenciales y justificados, son mucho mayores. Este cribado precisa más financiación -actualmente sostenida por las sociedades científicas- porque es la única manera de implantar los cribados de una forma sólida y equitativa”.
El cáncer de pulmón, de elevada prevalencia pero que continua siendo una ‘epidemia oculta’, con una extraña invisibilidad, según Bernard Gaspar, presidente de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP), será la enfermedad que padezcan 33.000 personas este año en España “y no está recibiendo la atención que se merece”. A su juicio, es posible revertir esta situación mediante el diagnóstico precoz con programas de cribado. “Es necesario que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas apoyen el proyecto Cassandra, así como impulsar el desarrollo e implantación del diagnóstico molecular”. MTT.