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La noche del 27 de octubre se coloca la primera ofrenda por el Día de Muertos y específicamente va dirigida a las mascotas que partieron al más allá.
Por ello, los perritos, gatos y las mascotas en general pueden regresar a casa a degustar de sus alimentos preferidos.
En los altares, los dueños de las mascotas fallecidas pueden colocar algún objeto simbólico, ya sea una fotografía o un juguete con el que el animal pudo jugar, además de alimentos, para que las mascotas que partieron puedan sentirse en casa.
Lo anterior además de los elementos tradicionales como flores de cempasúchil, papel picado, sal, veladoras, incienso, agua, etcétera.
Aunque esta fecha no es oficial ni ningún santoral lo dice, organizaciones y asociaciones protectoras de animales así como activistas y amantes de las mascotas están proponiendo el 27 de octubre para esperar el alma de las mascotas fallecidas.